Reflexiones, ideas y anécdotas de una mamá puérpera...

miércoles, 3 de agosto de 2011

Bebes de Mi...

Continuamos con la Semana Mundial de la Lactancia y aquí voy a dejar mi relatada mi experiencia. Creo que hasta ahora, será el más dificil de compartir. Es que no se si podré trasmitir correctamente mis sentimientos y mis sensaciones. No se si seré clara y precisa, y si del otro lado será fácil interpretar mi mensaje. Por lo pronto, les cuento que dividiré el relato en dos entradas, la primera, la tengo ya redactada desde hace un tiempo, a pedido de mi amiga Pao de creciendo juntas, para una conocida que estaba pasando una situación similar. La segunda parte, será lo vivido estos últimos meses.


Quisiera hacer una advertencia, si hay alguna futura mamá que vaya a leer este relato, quiero decirle: estos inconvenientes me sucedieron A MI, no quiere decir que también te sucedan A VOS, pero si llega a ser así, YO pude superarlos, VOS también podrás.


Ahora si, aquí va la primera parte:


Mi experiencia con la teta.

   Nunca lo imaginé, ni lo vi venir, para mi era tan simple y natural, era como uno más uno es dos. El bebé nace con reflejo de succión y nosotras, las mujeres con pechos que se llenan de leche.
   El parto fue todo lo esperado y más, una experiencia ansiada y transitada con felicidad. Luca nació el 23 de diciembre a las 19.45, pesaba 3.900 kg. Recuerdo la sensación cuando las parteras inmediatamente de la expulsión me lo entregaron… era pesado!!! Todos mis dolores y molestias se esfumaron. Las primeras dos horas Luca estuvo alerta, mirándolo todo y nosotros disfrutando de él. Enseguida lo puse a la teta, una de las ventajas del parto que elegí (domiciliario) era poder tener contacto inmediato que yo sabía favorecía el apego y la lactancia. Hizo unas succiones, lloró un rato y se quedó dormido. Recuerdo que esa noche eso se repitió varias veces, algunas succiones, llanto, sueño. Pero el llanto cada vez se iba haciendo más intenso y no tomaba el pezón. Fue una noche larga, pero estábamos felices y yo pensaba que ya se iba a agarrar, que esto también era un aprendizaje para los dos. Así también pasó el primer día. Al segundo día, llega mi partera y al realizar el control nota que había descendido de peso, pero no más de lo que se espera. Todavía no se prendía bien al pecho. Yo comenzaba a perderme un poco. Tenía calostro, pero al ponerlo al pecho Luca no se prendía. Junto con ella realizamos varios intentos, logramos que tenga una mamada con varias succiones. La consigna era lograr mamadas de ese estilo. Con el correr del día no lo pude lograr otra vez, Luca empieza a quedarse dormido cuando lo ponía a la teta. Me pareció raro. Llamé a partera, me recomienda que lo mantenga despierto, que lo despabile con pañitos con agua (hacía mucho mucho calor). Esto funcionó un par de veces. El día iba terminando y Luca tenía un sueño cada vez más profundo, no se despertaba para pedir teta. La partera me recomienda consultar con un pediatra por posible hipoglucemia (falta de azúcar en sangre). Consultamos por teléfono dos pediatras (ya que un bebé recién nacido en una guardia acarrea cierto riesgo), que por ser fin de semana largo no se encontraban en capital, uno me dice darle agua con azúcar, otro leche de fórmula. Ya mi angustia iba en aumento. Me decidí por el azúcar, porque sabía que la leche de fórmula es mucho más difícil de digerir que la materna y por todas las consecuencias que pueden acarrear en el organismo. Cada tres horas teníamos que darle agua azucarada para despertarlo e intentar darle la teta. Al principio logramos algunos resultados, pero con el correr de la noche, Luca no se despierta, le hablaba, lo movía, lo mojaba y no pasaba nada. A las cuatro de la mañana hablo nuevamente con mi partera y nos decidimos ir a la guardia. Yo todavía con el cuerpo dolorido y cansado por el parto, junto a mi mamá y mi pareja, llevamos a Luca a la guardia de neonatología. Después de una espera prolongada, nos atienden, les cuento la situación y les comento mi preocupación por la hipoglucemia, de primera me dicen que para ellos no era este el caso, que Luca tenía buen color y varios signos que contradecían la falta de azúcar, pero igualmente le harían un análisis de sangre y orina (nunca logramos juntar la orina, es una odisea, hay que ponerle una bolsita en los genitales y esperar que haga pis y no se salga), luego de unas horas tenemos el análisis. Mientras tanto yo, con Luca, esperando en la neo, entre las máquinas e incubadoras. Me sugieren darle el pecho para ver como lo hacía. Me dicen que tengo mucho calostro y los pezones bien formados. En esta ocasión Luca se pone a llorar. Me dan una mamadera con fórmula para ver si la toma, si no hay problema en la succión… no lo hay, se la toma de una. Me dicen que las causas de que no se prenda podían ser que sea "vago" o que tuviera el frenillo corto (causas que luego fueron descartadas por otros profesionales) y me recomiendan usar pezoneras, que las vaya a comprar y ellos me enseñarían a usarlas. Así fue, con las pezoneras Luca tiene su primera mamada de 20 minutos. Yo, agotada, casadísima, estresada pero feliz, había ALGO que me permitía darle la teta a mi hijo. Buenísimo.  Al principio Luca tomaba solo de una teta, al otro día ya tomaba de las dos. Pero al finalizar esa semana, Luca había descendido mucho de peso, más de lo esperable, seguía teniendo un sueño muy profundo, sin despertarse para comer y nuevamente mi partera nos brinda apoyo y asesoramiento y nos contacta con el que hoy es nuestro pediatra. Era 31 de diciembre y vino a verlo a casa. Yo estaba exhausta, angustiadísima, con mucho miedo, sin saber que iba a pasar, si irremediablemente tendría que renunciar a darle la teta a mi bebé. El pediatra, me pide que le cuente qué estaba pasando, lo revisa, y nos dice que nos habíamos equivocado con la cantidad de agua azucarada (nosotros solo le dábamos unas gotas en gotero). Esta vez tendría que darle la teta (con la pezonera) y luego darle 20 mm de agua azucarada, así durante una semana. A mediados de la semana Luca ya comenzaba despertarse más seguido y en el control vemos que había subido 40 gr, íbamos por buen camino. Al final de la semana el pediatra lo vuelve a ver y a corroborar que estábamos mejorando. Me recomienda una puericultora, ya que si bien las pezoneras hicieron que Luca tomara la teta, no eran para utilizarlas SIEMPRE, sino para salir de situaciones temporales como ésta o una mastitis o grietas en el pezón. ¡¡¡Ya nos estábamos acomodando y ahora tenía que dejar eso que me permitía dar la teta!!! A eso, sumarle que Luca debía recuperar el peso de nacimiento. Mucha tensión y angustia. Y los comentarios negativos a la orden del día, que mi leche no era buena, o suficiente, que con el calor se podía deshidratar, que se iba a terminar desnutriendo, que esto, que lo otro. Y yo, con miedo, ¿que hago? ¿Estoy poniendo en peligro a mi bebé por mi propio deseo de amamantar? O estoy luchando por darle lo mejor?. La puericultora que consultamos, no dio en el clavo, me siguió dando más indicaciones y la lista se hacía eterna, que darle la teta antes de las tres horas, despertarlo aunque esté dormido (esto costaba mucho), que no llore porque quema calorías, que no le de chupete porque también quema calorías, que las pezoneras se tendrían que ir yendo (cómo no se, pero se las tenía que sacar), que me sacara leche para reemplazar el agua azucarada (esto fue totalmente infructuoso, tuve que probar con 3 sacaleches para que saliera algo, y eso lo único que hacía era ponerme más presión, miraba lo poquito que salía y me largaba a llorar). Hasta que hablé con mi partera, que me dijo dos cosas, la primera que haga una consulta con otra puericultora, que la había tratado a ella misma, que contemplaba todos los aspectos de la lactancia y de dar la teta, porque para dar la teta hay que estar sostenida, relajada y dejarse llevar. Segundo que tal vez lo que necesitaba era “mandar todo al carajo”. Dejar de lado instrucciones, reglas, relojes, mamaderas, sacaleches, goteros y la mar en coche. Poner a Luca a la teta y relajarme.
   Con un poco de miedo probé estas dos cosas, dejé de intentar sacarme leche, consulté con la nueva puericultora, estuve en su casa, hablando por 3 horas, llorando, desahogándome, diciéndole que  tenía miedo, que sentía culpa porque tal vez yo estuviera trabándolo todo. Ella me contuvo, me dio esperanza, me dijo que dejara de pensar en lo que pasó, que iba a poder, me dijo cosas que ya sabía, como que “TODAS LAS MUJERES PUEDEN DAR LA TETA”. Me dijo que de todo lo que nos pasa podemos aprender, que a esta situación yo podría transformarla en algo positivo y una de las cosas que me ayudaron era entender qué le estaba pasando a Luca y porqué tomaba con pezonera y no directamente de mi pecho: la respuesta era más que simple, Luca asociaba la pezonera al alimento, cuando el tenía hambre  si yo lo ponía a la teta directamente, para él de allí no saldría la leche que lo calmaría, su asociación era PEZONERA = LECHE. Tendríamos que cambiar esto, para ello me dijo que comience las mamadas con la pezonera, pero que luego la saque y presione el pecho, que salga leche y que su boca esté en contacto con el pezón y la leche, que haga esto varias veces, que si se ponía a llorar que vuelva a darle con la pezonera y luego vuelva a intentar. Otra opción era, sacarme un poquito de leche antes, y que mi pareja con un gotero se la fuera tirando cuando el tuviera su boca en contacto con mi pezón.
   Al día siguiente empecé a intentarlo, a la segunda mamada ya tomaba un ratito sin pezonera. Yo no lo podía creer. En una semana y pico ya le estaba dando una vez con pezonera y otra sin, al tiempito las pezoneras quedaban en la mesita de luz. Hoy Luca tiene tres meses y es un bebé sano y creo también muy feliz.
    Después de esta experiencia, de la que aprendí mucho, de alguna manera entendí a las mujeres que atraviesan por dificultades en la lactancia y deciden iniciar la alimentación de sus bebés con leches de fórmula. Hay mucha angustia, mucho miedo, tristeza, y uno quiere que se termine YA. Yo también deseaba eso, que todo pasara, pero tuve que ser fuerte y paciente y tener fe, confianza en la naturaleza, en mí y sobre todo en Luca.
   Si tu deseo de corazón es darle la teta a tu bebé, no bajes los brazos, no te rindas, rodeate de personas que te apoyen, de profesionales que te respeten, pedile sostén a tu pareja y hablale a tu bebé. Yo se que se puede. YO PUDE, Él PUDO.
   Te deseo mucha suerte y sea cual sea el camino que tomes, que sea con plena felicidad para vos y tu peque.     
                                                                              Flor y Luca



Dormido plácidamente por primera vez después de una toma.
Se puede ver la pezonera y al costadito, el agua con azúcar.
Quise registrar este momento, sabía que era especial, era el primer pasito firme en nuestro camino con la teta.








9 comentarios:

  1. Amiga sos una luchadora de la teta!! Sabes que estoy muy orgullosa de vos!! TE AMO!!

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  2. Que fortaleza! una historia que inspira =)

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  3. Muchas gracias chicas... parece que fue hace mucho y hace poco a la vez :)

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  4. Wow!!! La verdad q es para aplaudirte! A mi también me costo mucho mi primera lactancia, mucho dolor, grietas y sangre mezclada con leche...Sin embargo tampoco desistí pues tenia bien claro que quería dar el pecho :)
    Pero lo tuyo es verdaderamente loable. Te aplaudo!

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  5. Madre mía! Me he emocionado tanto leyendo esta historia! Tienes mi más sincera admiración!!! Un gran abrazo!!!!

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  6. Flor, desde ya te estoy siguiendo! Tu historia es hermosa y admirable!!

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  7. Sarai, Edna, les agradezco mucho por leerme y por sus lindas palabras :)

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  8. Hola Flor! Es muy cierto que nuestras experiencias son parecidas, quiero felicitarte por no rendirte. Tienes un peque hermoso y que bueno que seas de las pocas mamas que conocen la gran importancia de la leche materna y que saben luchar por eso. Me preguntabas si me habia atendido una partera, si me atendio una y fue estilo parto en casa digo estilo porque no fue en mi casa sino en casa de la partera, tambien fue una experiencia maravillosa, en el apartado de ser mama esta el link del post: el dia en que mi bebe nacio. Bueno ahora voy a leer la segunda parte. :)

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  9. Gracias Jazmín por pasarte por mi rinconcito y leerme. La verdad que nuestra lactancia tuvo sus desafíos, pero pudimos superarlos y tenemos acumulados muchos, muchísmos hermosos momentos de conexión lactando. Eso nos corrobora que todo el esfuerzo... valía la pena!!!

    Te mando un besazo y ahora paso por tu blog para leer tu histproa de parto :)

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