Reflexiones, ideas y anécdotas de una mamá puérpera...

jueves, 22 de diciembre de 2011

Aniversario de mi "Nochebuena"...

   Desde antes de saberte en mi, fuiste un deseo, primero tímido que se fue haciendo intenso hasta que fue innegable.
   Fuiste un sueño, que mi mente repetía despierta durante el día e inconsciente por las noches.
   Fuiste ilusión y fantasía.
   Y se fue abriendo en mi mente y en mi corazón un lugar para vos, TU lugar.
   Hasta que fuiste REALIDAD, y ya no soñé más. Y dejé de fantasear. Porque YA estabas en mi, porque te quise esperar con los brazos abiertos con aquello que trajeras, porque estaba deseosa de que me sorprendieras y así lo hiciste.
   Un año nos separa del día en que comenzó nuestra familia. Un año desde ese miércoles en el que con papá hicimos "de todo" para inducir tu llegada. Un año desde ese día en que dijimos "¡mejor que hoy no sea el día porque no damos más!". Y sí, fue ese día, que por la noche comencé a sentir que el tiempo de esperarte se hacia finito, que ya nos separaríamos para volvernos a encontrar cuerpo a cuerpo, para conectarnos bañados en oxitocina, con todo el tiempo por delante, porque logramos que los relojes dejaran de marcar tic tac y la medida de tiempo fuera el compás de nuestros corazones.
   Y me sumergí profundo en este puerperio loco, que me invita a todo, a sentir, a vibrar, a abrir, a salir, a vivir. Y me sumergí en tus ojos que sentí siempre me hablaban y poco a poco fui entendiendo mejor su lengua y aquello que al principio eran suposiciones se transformaron en la certeza de que siempre debo mirar allí para saber con qué, cuándo y cómo acompañarte.
   Es increíble como ya llegamos al año juntos, un año donde el tiempo se me deforma, se me estira o se me encoge, pasa suave, cálido y lento como cuando bebes de mí o pasa intrépido, audaz, como cuando te veo pararte solo, comiendo por tus propios medios, buscando aquello que te llamó la atención, haciendo entender qué es lo que querés. Fue en el transcurrir de este tiempo que me fuiste mostrando poco a poco aquello con lo que venías, con esa sonrisa que le convidás a absolutamente toda persona que encuentres, con esas ganas de mirarlo todo, de observar cada cosa, cada persona, con esa tranquilidad que te habita y que desde hace muy poquito se te quita de pronto mostrándome cómo son tus enojos, con ese dedito investigador, antena superpoderosa con la que encaraste el mundo y todo lo que se te presentaba a tu paso.

   Ningún año será como este primer año, hijo. Porque ningún año de tu vida será igual a otro. Y yo... planeo saborearlos todos, intensa, amorosa y puerperalmente...

  Hasta mañana amor, vayamos a descansar, que mañana, cumplimos años...

                                          Te ama, mamá.