Reflexiones, ideas y anécdotas de una mamá puérpera...

domingo, 23 de diciembre de 2012

Celebrarte

Un texto de medianoche...

   Contracciones. Por estas horas, hace dos años atrás estaba sintiendo, el primer tramo de contracciones, la primer etapa del viaje que tendría como destino final nuestro encuentro.
   A veces siento que a las cosas se les impregnan los momentos, que a los olores se les adhieren las sensaciones. En distintos rincones de nuestra casa puedo vernos esa noche, ese día y ese atardecer. Puedo pararme en el punto exacto de la habitación en donde naciste, qué mágico es eso.
   Esta noche están en nuestra cama, las mismas sábanas sobre las que dormimos esa primera noche, del primer día de nuestra nueva vida, de la tuya recién estrenada en este mundo y de la nuestra, poderosamente transformada... pues, qué mágico es eso.

   Te amé instantáneamente, pero a lo largo de estos dos años, me fuiste develando tu esencia, y hoy te amo por ese ser individuo único que se desplega ante mis ojos. Amo ser mamá pero lo que más amo de ello, es ser TU mamá.

   Te miraba mientras te cantaba para que te rindieras al sueño, y pensaba que has sido para mí, llave, camino, luz, punta de lanza, poderosa razón para soñar y desear. Tu existir me ha llevado a búsquedas inimaginadas. Al contrario de los temores de perderME en una maternidad, me llevaste a desarmarme y a volverme a construir. Tu mirada sobre mí es el incentivo para luchar por lo que creo, para vivir apasionadamente, para ser benevolente sobre mis errores, para ser reflexiva sobre mis dudas.
    La crianza es intensa y puede ser ardua, pero definitivamente, lo que has hecho conmigo y para mí en estos dos años es simplemente incomparable.

    Hace unos pocos días nomás, salió de tu boca, así, sorpresivamente un: "mamá... te quieo". Sentí un calor que me envolvía, una dulzura que me llenaba, un mar de amor, un mar inmenso, majestuoso, en donde me perdía y me sentí tan pequeña ante esa enormidad de amor. Y me abrazaste, con tus bracitos, rodeándome, en un abrazo que fue una delicia.

   Gracias mi amor, por cada uno de los momentos que me regalaste, de las enseñanzas con las que me convidaste, seguiré atenta y expectante para todo todo los que nos queda por vivir.
 
   Dos años de vida.
   Dos años desde aquél día en que elegiste a esta primeriza para enseñarle a ser mamá.

  Feliz Cumpleaños Cielo, te amo intensa e infinitamente.