Reflexiones, ideas y anécdotas de una mamá puérpera...

sábado, 30 de julio de 2011

Pensar el parto

El parto es un momento fundamental y fundacional de la familia. Poco se sabe y muchas veces poco se quiere saber sobre él. En el imaginario de la mayoría el parto siempre está relacionado al sufrimiento, con esa idea, es bastante lógico que se quiera tomar distancia de este hecho. Las preguntas que más escuché tienen que ver con el dolor y la duración. Desde mi experiencia me cuesta contestarlas, no sólo porque los umbrales de dolor son distintos en cada ser humano, sino por el significado que tenga ese dolor para cada uno.
Creo que el embarazo no se trata simplemente del período donde el cuerpo se transforma y modifica para nutrir y albergar a nuestros hijos, es el tiempo que la naturaleza nos da para comenzar una búsqueda, la búsqueda de ese instinto visceral que TODAS tenemos. Son 40 semanas (algunas más, algunas menos) para maravillarnos con los cambios de nuestro organismo, que nos van contando ese secreto que en la actualidad está acallado por tantos. El secreto es que nosotras podemos. Nosotras sabemos. Nosotras, desde lo cuantitativo necesitamos muy poquito para parir: un ambiente seguro, una persona que tenga conocimientos y la persona que nos ama al lado. Desde lo cualitativo necesitamos mucho: que el ambiente seguro sea cálido, confortable, adecuado a las necesidades de la mujer, que esa persona con conocimientos tenga actitud de compañía y no de mando, y que nuestro ser amado esté emocionalmente disponible para atravesar el momento. Es poco y es mucho. Y en la actualidad debe parecer tanto que son pocas tirando a nulas las posibilidades de contar con ello en una institución médica.
Yo no tenía conocimientos del parto en casa, yo no sabía demasiado sobre los procedimientos innecesarios de rutina a los que se somete a la mujer y al niño recién nacido en los partos institucionales, yo sospechaba sobre las cesáreas, pero no imaginaba la magnitud de su aplicación sin ton ni son y las consecuencias nefastas que pueden llegar a acarrear en el cuerpo y el alma de una mujer y su bebé cuando este procedimiento es totalmente injustificado. Yo no lo sabía, pero ahora lo se. Lo se porque no me conformé, porque por un rato salí del ensueño del embarazo y me enfrenté a mis miedos y porque buscando encontré. Encontré a mi partera, que me entregó la batuta, me hizo saber que YA era momento de tomar decisiones, que mi función de madre YA se había activado.
Aprendí sobre mi cuerpo, sobre los mecanismos perfectos que pone en marcha, revisé mi historia personal, fui en contra de la corriente: PENSE MI PARTO.
Mi partera me devolvió algo que se me estaba negando, me devolvió mi parto... pero porque yo se lo fui a pedir.
Pensar el parto en sí mismo es como un tira y afloje. Por un lado nos interiorizamos en cuanto a sus etapas, podemos preparar nuestros cuerpos practicando alguna actividad, preparamos nuestras casas (si es que elegimos que allí se desarrolle), tratamos de tener todo listo, y por otro lado es necesario dejar fluir, asumir que no todo puede controlarse, que no podemos predecir algo que es impredecible. Cuando yo logré este equilibrio entre estas dos actitudes, pude parir. Fue pensar el parto, para no pensar "durante" el parto.
"¿Sufriste mucho?" me preguntan. No, no sufrí, sí, sentí dolor, pero no sufrí el dolor. Porque fue un dolor que se incrementaba escalonadamente, porque sabía que ese dolor se correspondía a determinado proceso que se estaba llevando a cabo en mi interior y porque en algún momento iba a finalizar ("Todo lo que empieza tiene que terminar" me repetía para mis adentros, parecía La Pitonisa, de Matrix jajaja) y porque ese dolor es el que me traía a mi niño. Generalmente las cosas hermosas de la vida, no nos caen del cielo (o al menos a mi) sino que hay que poner algo de uno... y este iba a ser mi mayor esfuerzo, por mi, para cuidarme y respetarme y para él para que desde el primer latido de su corazón fuera de mi vientre se sienta cuidado, respetado y amado.

9 comentarios:

  1. Es cierta esa diferencia entre dolor y sufrimiento. Una vez leí un relato hermoso de parto domiciliario donde la partera le decia a la mama que esas contracciones eran como olas que rompen fuerte, pero que debia atraversarlas porque esas olas traian a su bebe... Me parecio muy bella esa imagen.
    Recuerdo ese camino que hiciste y lo mucho que creciste como mujer y como mama. Me siento muy orgullosa, lo sabes! =)

    ResponderEliminar
  2. Es verdad, es la mejor manera de describir las contracciones!!! Y ese tiempo, ese espacio que te dan te sirve para recargar energías y recordar qué es lo que traen.
    Creo firmemente que el parto debe ser pensado por todas las mujeres, antes y después, inclusive si no ha sido lo que se esperaba o necesitaba. El parto es un pasaje a atravesar y pensarlo es enriquecedor.
    Gracias por lo del orgullo... es mutuo bombona, es mutuo!

    ResponderEliminar
  3. "Pensar el parto para no pensar en el parto"... excelente!!! es así, hay que preparase antes, dudar, preguntar, informarse, para poder vivir el parto, despojada de la razón que de nada sirve en ese momento salvaje. Pensar antes, para estar seguras durante: de que estamos en el mejor lugar con las mejores personas y dejarse llevar perder el control, porque hay quienes velen por nosotras.
    Beso!!

    ResponderEliminar
  4. EXACTO Meli, elaborarlo y después dejarse llevar, habiendo despejado todo el camino y dejando a la naturaleza obrar sabiamente!
    Besotes!

    ResponderEliminar
  5. En mi caso, fue pensado despues como tambien dijiste. Despues porque no fue lo que quise, porque no estaba informada. Hoy lo estoy, hoy me desperté. Joaquin y yo tuvimos un parto que no era lo que esperabamos porque yo en ese momento no sali a buscarlo.
    Por no saber, porque mi obstetra era calido y respetuoso aunque poco informado supongo. Mis ojos se abrieron mas tarde, pero se abrieron =)

    ResponderEliminar
  6. A eso me referia Mica, y no es fácil ninguna de las dos opciones, ni pensarlo durante el embarazo, ni después si es que no fue lo que uno esperaba.
    Antes, porque uno no sabe, porque la imagen generalizada del parto como algo terrible por un lado y la patologización que desde los diferentes ámbitos de la salud se hace de este momento por otro hacen dificil la tarea de reflexión.
    Y después de una experiencia dificil o que no ha colmado nuestras expectativas presenta un reto para la mujer, porque es reflexionar sobre lo que ya pasó, es endrentarse tal vez a la elaboración de situaciones violentas o no deseadas, de heridas que han quedado sin cerrar. ES TODO UN DESAFIO! Pero creo que vale la pena, creo que de allí se puede extraer mucho conocimiento... y por ello Mica te felicito por haberte embarcado en esa tarea!

    ResponderEliminar
  7. y, esposa de un capitán, mas me valia embarcarme =) jeje
    gracias por tus palabras Flor

    ResponderEliminar
  8. jajaj de veras?! mirá que elección de palabras... me han dicho que soy medio bruja, paro tannnnto no jajjaja

    ResponderEliminar
  9. jajajajjaja si, si. En realidad es timonel, pero es el dueño del barco asi que capitán tambien jeje

    ResponderEliminar